“Muchos de los guardias de seguridad con quienes hablamos para conocer a sus patrones sabían que estos últimos violaban la ley pero no se sentían con el poder suficiente para desafiarlos”, dijo Stephen Cockburn, de Amnistía Internacional. “Agotados física y emocionalmente, los trabajadores siguieron presentándose al empleo bajo la amenaza de las sanciones financieras o, peor aún, revocación de contrato o incluso deportación.
“Pese al progreso que Qatar ha logrado en los años recientes, nuestra investigación sugiere que los abusos en el sector de la seguridad privada —cuya demanda aumentará durante el Mundial— siguen siendo sistemáticos y estructurales”.
El sorteo para el Mundial se realizó en Doha la semana pasada, de cara al torneo que se llevará a cabo del 21 de noviembre al 18 de diciembre.
“La FIFA debe enfocarse en hacer más para evitar abusos en el sector de seguridad privada, inherentemente peligroso, o verá cómo el torneo se empaña más por los abusos”, dijo Cockburn. ”Más ampliamente, la FIFA debe usar su poder para presionar a Qatar a fin de que implemente mejor sus reformas y haga que las leyes se cumplan”.










