El incendio, que comenzó el lunes por la tarde, estaba contenido sólo en un 10% después de haber quemado unas 1.600 hectáreas (4.000 acres) hasta el mediodía del martes, y los equipos que utilizaban excavadoras para cavar líneas de contención mientras camiones de bomberos y aeronaves trabajaban para extinguir las llamas, señaló el servicio forestal.
No se han reportado heridos a causa de los incendios, y sus causas están siendo investigadas.
Una combinación de temperaturas inusualmente elevadas que se acercan a los 43 grados centígrados (110 Fahrenheit), ráfagas de hasta 50 kilómetros por hora (30 mph) y condiciones de sequía, han dejado a la región propensa a los incendios, según el servicio forestal.
El Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos emitió una advertencia de incendio para el norte y el centro de Texas y el oeste y el este de Oklahoma para el martes.
“Estamos experimentando combustible seco a un nivel que no hemos visto en los últimos diez años”, expresó Turner. “Toda chispa que caiga en maleza alta o incluso en maleza baja, posiblemente se encenderá”.
Los incendios forestales y el calor intenso en Texas y otras partes de Estados Unidos ocurren en momentos en que el clima inusualmente caluroso y seco azota grandes franjas de Europa desde la semana pasada, desatando incendios desde Portugal hasta los Balcanes y provocando cientos de muertes relacionadas con el calor.











