Por qué no debes mezclar alcohol con medicamentos
https://informativosta.com.do/wp-content/uploads/voxey/post-432428.mp3 Hay medicamentos como los ansiolíticos, los opioides que no deberían mezclarse nunca con alcohol, ni siquiera con una copa de vino, porque sus efectos para la salud pueden ser muy graves. La combinación con alcohol “puede potenciar los efectos depresores sobre el sistema nervioso central que presentan tanto el alcohol como estos fármacos, pudiendo ocurrir pérdidaContinue reading "Por qué no debes mezclar alcohol con medicamentos"
Hay medicamentos como los ansiolíticos, los opioides que no deberían mezclarse nunca con alcohol, ni siquiera con una copa de vino, porque sus efectos para la salud pueden ser muy graves.
La combinación con alcohol “puede potenciar los efectos depresores sobre el sistema nervioso central que presentan tanto el alcohol como estos fármacos, pudiendo ocurrir pérdida de la consciencia y una depresión respiratoria que puede llegar a ser mortal sin tratamiento.
En el caso de los ansiolíticos, como pueden ser las benzodiazepinas, “los efectos serían similares a los descritos para los opioides, aunque menos marcados”. No obstante, un experto recuerda que “los efectos de la interacción pueden llegar a ser muy graves cuando se produce un consumo en dosis elevadas de alcohol, del fármaco o de ambos”.
En este caso, es importante también tener en cuenta que la alteración del nivel de consciencia “puede tener consecuencias peligrosas, especialmente en pacientes mayores, debido a la posibilidad de caídas”.
El paracetamol es uno de los medicamentos más consumidos en España, ya que se utiliza para aliviar el dolor. Aunque es bastante seguro, este fármaco no está exento de riesgos. Como recuerda Caballero, “el alcohol es un producto tóxico para el hígado”. Por este motivo, “si se combina con paracetamol, se pueden incrementar los efectos de ambas sustancias sobre este órgano”.
Por ello, se recomienda “un uso con precaución en personas con problemas de alcoholismo crónico o que consumen tres o más bebidas alcohólicas al día de manera habitual debido al riesgo de daño hepático”, explica el farmacéutico. En el caso del consumo crónico, “no se debe superar una dosis máxima de 2 gramos al día de paracetamol, aunque la recomendación concreta dependerá de las particularidades de cada caso”.
¿Y si espacio la toma del medicamento con el consumo de alcohol? En este sentido, un farmacéutico informa: “En cuanto al tiempo de espera entre el consumo del fármaco y el consumo de alcohol, se deben tener en cuenta muchos factores, como el estado general del paciente (edad, enfermedades concomitantes que puedan afectar al hígado) o la dosis utilizada, por ejemplo, por lo que no es posible dar una cifra exacta que pueda servir como referencia general”.
En cuanto al ibuprofeno, este medicamento pertenece al grupo de los AINE (Antiinflamatorio no esteroideo) y se utiliza de manera frecuente para el dolor y para la inflamación. En este caso, su consumo habitual “puede provocar efectos secundarios gastrointestinales como dolor, malas digestiones o incluso úlcera de estómago si se toma de forma crónica y en cantidades elevadas”, explica el farmacéutico. Si se mezcla con el alcohol, “este tóxico puede potenciar estos efectos secundarios y hacerlos más frecuentes y graves, por lo que conviene evitar tomar alcohol mientras estemos en tratamiento con este fármaco”.