A 50 Años del Asesinato de Orlando Martínez: La Verdad Que Aún Resuena
El 17 de marzo de 1975, la República Dominicana perdió a una de sus voces más valientes. Hoy, medio siglo después, el asesinato de Orlando Martínez Howley sigue siendo un símbolo de la lucha por la li...
El 17 de marzo de 1975, la República Dominicana perdió a una de sus voces más valientes. Hoy, medio siglo después, el asesinato de Orlando Martínez Howley sigue siendo un símbolo de la lucha por la libertad de prensa y los derechos humanos en el país.
nació el 23 de septiembre de 1944 y desde temprana edad se interesó en el periodismo como una herramienta de denuncia social. Fue director de la revista Ahora y columnista en El Nacional, espacios desde los cuales criticó con firmeza la represión, la corrupción y las injusticias cometidas bajo el gobierno de Joaquín Balaguer. Su compromiso con la verdad y su militancia en el Partido Comunista Dominicano (PCD) lo convirtieron en un objetivo del régimen.
Un régimen de persecución y muerte
Durante los llamados «12 años de Balaguer» (1966-1978), la represión política fue una constante. Figuras opositoras, especialmente de la izquierda, fueron perseguidas, encarceladas o asesinadas por fuerzas militares y paramilitares. Orlando Martínez se unió a la lista de víctimas de este período junto a otros mártires de la lucha política, entre ellos:
- Sagrario Díaz
- Amín Abel Hasbún
- Francisco Alberto Caamaño
- Henry Segarra
- Amaury Germán Aristy
- Mama Tingó
- Narcisazo González
- Gregorio García Castro (Goyito)
- Guido Gil
- Maximiliano Gómez
Aquel fatídico 17 de marzo, Orlando Martínez se dirigía a su destino cuando fue emboscado en la avenida José Contreras, cerca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Un vehículo le bloqueó el paso. Intentó reaccionar, pero antes de que pudiera alcanzar su revólver, fue atacado. Uno de los hombres gritó que era un asalto, mientras otro lo declaraba arrestado. Martínez apenas tuvo tiempo de moverse cuando el primer disparo lo alcanzó en el brazo izquierdo. Segundos después, otro proyectil impactó en su rostro, alojándose en la base de su cráneo. Murió al instante.
El impacto de su muerte estremeció a la sociedad dominicana, pero el caso permaneció impune por más de dos décadas