República Dominicana y Francia: La Revolución Constitucionalista Dominicana, 60 años después
En abril de 2025 se cumplen sesenta años de uno de los acontecimientos más trascendentales de la reciente historia de República Dominicana. Tras la larga dictadura trujillista, los dominicanos enfrent...
En abril de 2025 se cumplen sesenta años de uno de los acontecimientos más trascendentales de la reciente historia de República Dominicana. Tras la larga dictadura trujillista, los dominicanos enfrentaron a principio de la década de los 60 tres procesos de enorme profundidad, aún grabados en la
memoria colectiva del país: de un lado, la elección democrática de Juan Bosch en 1962 y el Golpe de Estado de septiembre 1963; de otro, la Revolución Constitucionalista de Abril de 1965 como reacción a aquel golpe y, por último, la intervención militar norteamericana. Francia, a través de sus autoridades e
intelectuales, se posicionaría en defensa de la soberanía y libertad del pueblo dominicano.
En un mundo tensionado por el pulso de la lucha bipolar, el empuje descolonizador, el tercermundismo y la fuerza de los movimientos de liberación nacional, los acontecimientos dominicanos, junto a sus lógicas repercusiones nacionales, tuvieron un fuerte impacto internacional. En América
Latina significó un parteaguas de la Guerra Fría, desacreditaba a la OEA (por amparar la injerencia de Washington), y conmocionaba a los sectores democráticos y reformistas de la región. Estados Unidos -además- acentuaría su imagen como potencia intervencionista global al coincidir la presencia de sus tropas en Santo Domingo con la escalada militar en sudeste asiático y otros lugares del sistema.
En la escena internacional la Francia del general de Gaulle surgió como una de las voces discrepantes a la decisión de la administración Johnson. Las relaciones París-Washington, ya difíciles por varios asuntos (seguridad y defensa occidental, Vietnam o apertura al Este) se enturbiaron aún más
por la cuestión dominicana. Un asunto -el de República Dominicana- situado entre dos iniciativas de la política exterior francesa: el viaje de de Gaulle en América Latina (1964) y la retirada de la organización militar integrada de la OTAN (1966).
En efecto. Expresión de un renovado interés por la región y su deseo hacerse presente en el Tercer Mundo, de Gaulle que recorre América Latina subrayando el derecho de los pueblos a la autodeterminación, denunciando las hegemonías, la lucha contra el subdesarrollo o el vínculo de la latinidad, contempla los acontecimientos en República Dominicana con la discrepancia nacida de la defensa de la no intervención. Por otro lado, su sintonía hacia Juan Bosch, y su programa reformista, así como el deseo de dotar de mayor relieve a Naciones Unidas -en detrimento de la OEA- a la hora de buscar una salida a la crisis, se unían al rechazo que provocaba el desmedido intervencionismo de la Casa Blanca, ya fuera Vietnam o en Santo Domingo. A saber, la posición francesa ante la crisis dominicana debe verse con el transfondo de la escalada norteamericana en el Sudeste asiático considerada una amenaza para la estabilidad mundial.
Notables fueron las reacciones de la opinión pública francesa, y de sus medios de comunicación,
que enviaron corresponsales especiales para cubrir los sucesos, y cuyos testimonios quedan plasmados en las crónicas de prensa -Le Monde o Le Figaro- como en reportajes televisivos del mayor interés.
Tampoco puede olvidarse la movilización a favor de los constitucionalistas de la colonia dominicana radicada en Francia, destacando la figura del doctor Enrique Claudio Carron, y su Boletín del Centro Dominicano de Información. Reflejo de todo ese clima fue la creación de un Comité France-República
Dominicana que, en analogía a uno similar sobre la guerra de Vietnam, integraría a distintas personalidades políticas e intelectuales francesas (Sartre, Jean Cassou, Simone de Beauvoir…) a la hora de denunciar la actuación norteamericana.
Parece, por lo tanto, de interés -y necesario- abrir un espacio público de reflexión y de debate para para que, coincidiendo con tal efeméride, podamos recordar y repensar esos acontecimientos y divulgarlos entre la ciudadanía. A saber, volver a indagar sobre la intervención norteamericana,
profundizar en el estudio del movimiento constitucionalista dominicana, poner en valor la trayectoria del doctor Juan Bosch o intentar explicar el comportamiento de países como Francia y las razones del
general de Gaulle ante esa crisis. Ser capaces -en definitiva- de poder contribuir a reconstruir una memoria dominicana, incorporando distintas visiones respecto a su impacto internacional, con visiones
múltiples.