Lula da Silva se despide entre lágrimas de su amigo Pepe Mujica en Montevideo
Montevideo, 15 de mayo (EFE). — Conmovido y visiblemente afectado, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, acudió este jueves al velatorio del expresidente uruguayo José “Pepe”...
Montevideo, 15 de mayo (EFE). — Conmovido y visiblemente afectado, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, acudió este jueves al velatorio del expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica, a quien despidió como a un viejo amigo, no solo como a un compañero de causa.
El Palacio Legislativo de Montevideo fue el escenario de una emotiva jornada. Lula fue recibido por el presidente uruguayo Yamandú Orsi y, acompañado de su esposa Rosângela da Silva, ingresó al Salón de los Pasos Perdidos, donde reposaban los restos del exmandatario fallecido el martes a los 89 años.
El ingreso de Lula y su comitiva interrumpió momentáneamente el paso del público, que desde tempranas horas acudía a dar el último adiós a uno de los líderes más queridos del continente. Pero el momento más emotivo llegó cuando el mandatario brasileño abrazó a Lucía Topolansky, esposa de Mujica, a quien besó en la frente, como ya lo había hecho con su amigo en su último encuentro el pasado 1 de marzo.
Luego, en profundo silencio, Lula se colocó frente al féretro, con los ojos húmedos y la expresión serena, pero cargada de sentimientos. Tras unos minutos de recogimiento, conversó brevemente con el presidente chileno Gabriel Boric, otro de los pocos jefes de Estado que viajaron a Uruguay para rendir homenaje a Mujica.
Antes de abandonar el salón, Lula volvió a acercarse al féretro para dedicar unas últimas palabras en voz baja, acompañado de Orsi y de Topolansky, en una escena que marcó uno de los momentos más íntimos de la ceremonia.
En una nota oficial difundida tras el fallecimiento de Mujica, Lula definió a su amigo como un hombre de "grandeza humana" cuya voz “trascendió las fronteras de Uruguay” y se convirtió en “un canto de unidad y fraternidad para América Latina”.
Durante una visita a Montevideo en diciembre pasado, Lula condecoró a Mujica con la Orden Nacional do Cruzeiro do Sul, la más alta distinción de Brasil para extranjeros. Aquel día, lo llamó “la persona más extraordinaria” entre los presidentes que ha conocido.
La relación entre Lula y Mujica fue mucho más que política: fue una amistad tejida en la lucha, el respeto mutuo y la defensa de los ideales que ambos abrazaron toda la vida.