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Internacionales

Activistas de PETA piden al papa León XIV romper vínculos de la Iglesia con las corridas de toros

VATICANO. — La organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) hizo un llamado directo al papa León XIV para que condene públicamente y rompa todo vínculo de la Iglesia Católica con la...

Redacción • May 28, 2025 7:14 pm
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VATICANO. — La organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) hizo un llamado directo al papa León XIV para que condene públicamente y rompa todo vínculo de la Iglesia Católica con las corridas de toros, una práctica que califican de "cruel e inhumana", y que cada año causa la muerte de miles de animales.

En un acto simbólico frente al Palacio Apostólico del Vaticano, PETA proyectó imágenes con cifras impactantes y presentó casi 200,000 firmas recogidas en todo el mundo que respaldan su petición de una postura clara y contundente por parte del Sumo Pontífice.

Dolor y muerte como espectáculo

La organización denunció el brutal sufrimiento que padecen los toros durante las corridas: lanzas clavadas por picadores a caballo, banderillas que intensifican el dolor, y finalmente, el matador, que intenta matar al animal con una espada y rematarlo con una daga.

“Este espectáculo no solo es sangriento, es profundamente incompatible con los valores cristianos de compasión y respeto por la creación”, expresaron los voceros de PETA.

Un pedido sustentado en la encíclica Laudato Si’

La solicitud al papa León XIV se apoya en el legado ético y ambiental del papa Francisco, quien en su encíclica Laudato Si’ afirmó que “cada acto de crueldad hacia cualquier criatura es contrario a la dignidad humana”.

PETA instó al actual pontífice a continuar ese enfoque con una postura firme contra la tauromaquia, una tradición que aún cuenta con apoyo en países de tradición católica como España, México, Colombia y Perú.

¿Tradición o crueldad?

El debate sobre las corridas de toros continúa generando divisiones entre quienes las consideran parte del patrimonio cultural y quienes las ven como una forma institucionalizada de tortura animal.

Desde el Vaticano aún no ha habido respuesta oficial a la petición, pero la presión internacional sobre la Iglesia crece.