La inteligencia artificial reproduce sesgos y fomenta la pérdida del sentido crítico
Logroño (EFE).— Aunque la inteligencia artificial (IA) representa avances significativos y múltiples oportunidades, no está exenta de riesgos. Según el profesor de la Universidad Internacional de La R...
Logroño (EFE).— Aunque la inteligencia artificial (IA) representa avances significativos y múltiples oportunidades, no está exenta de riesgos. Según el profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y experto en desinformación, Javier Cantón, estas herramientas no son neutras: arrastran sesgos ideológicos, de género y raza, y funcionan mediante la adulación hacia el usuario, lo que puede erosionar el pensamiento crítico.
Cantón advierte que el peligro es mayor en menores y jóvenes, quienes tienden a confiar en estas tecnologías como si fueran personas. “El propio término de inteligencia artificial es erróneo: no hablamos de seres inteligentes, sino de máquinas muy precisas que responden en base a probabilidades, pero cargadas de sesgos”, subrayó.
Entre los riesgos, el académico señaló el uso de chatbots como ChatGPT para temas sensibles como la salud mental. Aunque a corto plazo suelen recomendar buscar ayuda profesional, en conversaciones prolongadas pueden caer en el sesgo de adulación, dando la razón al usuario e incluso aconsejando prácticas peligrosas. “Si en adultos ya es un riesgo, en adolescentes puede ser devastador”, alertó.
La advertencia llega en un contexto en el que OpenAI, creadora de ChatGPT, anunció la implementación de controles parentales, tras denuncias en Estados Unidos de padres que vinculan el uso de estas herramientas con conductas de autolesión y suicidio en jóvenes.
Cantón también señaló que los ‘chatbots’ han reemplazado a los buscadores tradicionales para responder preguntas, pero carecen de capacidad crítica. “En internet, donde abundan bulos como el que sugería beber lejía contra la covid-19, un sistema de IA puede otorgar el mismo valor a esa desinformación que a una recomendación científica de vacunación”, explicó.
Ante este panorama, el experto enfatizó la necesidad de alfabetización digital y regulación. Si bien Europa avanza más rápido que Estados Unidos en materia normativa, el desarrollo legal aún va rezagado frente al ritmo de expansión tecnológica. “No se trata de demonizar la IA, sino de entender cómo funciona, supervisar su uso y formar a la sociedad en un pensamiento crítico que nos permita convivir con estas herramientas sin perder autonomía”, concluyó.