Japón pide estabilidad entre Estados Unidos y China en medio de crecientes tensiones Tokio insiste en que Pekín debe asumir “responsabilidades acordes a su papel global”
Japón volvió a marcar posición en el tablero geopolítico del Pacífico. El portavoz del Gobierno nipón, Minoru Kihara, afirmó este martes que una relación estable entre Estados Unidos y China es “extre...

Japón volvió a marcar posición en el tablero geopolítico del Pacífico. El portavoz del Gobierno nipón, Minoru Kihara, afirmó este martes que una relación estable entre Estados Unidos y China es “extremadamente importante”, en un contexto de tensión sostenida entre Tokio y Pekín por disputas territoriales, tecnológicas y de seguridad regional. Las declaraciones llegan tras la reciente conversación telefónica entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, un diálogo que ha comenzado a mover fichas diplomáticas.
Kihara subrayó que Japón seguirá respaldándose en su alianza estratégica con Estados Unidos como pieza central de su política exterior. En ese sentido, el funcionario insistió en que el archipiélago continuará impulsando que China “cumpla con las responsabilidades acordes a su papel” en la escena internacional, mensaje que apunta tanto a la seguridad marítima como a la cooperación económica global y el respeto a las reglas multilaterales.
Las palabras del portavoz se producen en un momento delicado: la relación entre Tokio y Pekín ha estado marcada por episodios de tensión en torno a las islas Senkaku/Diaoyu, el despliegue militar chino en el Mar de China Oriental y la rivalidad tecnológica que involucra cadenas de suministro críticas. Para Japón, la estabilidad entre las dos mayores potencias del mundo no solo es un asunto diplomático, sino un factor de seguridad nacional y económica.
En paralelo, Trump reveló que la conversación con Xi fue “excelente”, y que ambos abordaron la guerra en Ucrania, el tráfico de fentanilo y temas vinculados al comercio agrícola. El mandatario estadounidense aseguró que planea viajar a Pekín en abril del próximo año para sostener una reunión bilateral, un gesto que podría distender tensiones y abrir espacio para acuerdos puntuales en áreas sensibles.
Tokio observa cada movimiento con cautela. La posición japonesa combina pragmatismo económico —China continúa siendo uno de sus principales socios comerciales— con dependencia militar de Washington ante el avance de la influencia china y los riesgos de seguridad en la región Indo-Pacífica. En este ajedrez diplomático, Japón opta por apoyar el diálogo entre Estados Unidos y China, pero sin renunciar a su postura firme respecto al cumplimiento de normas internacionales.
Con la agenda global marcada por conflictos, crisis migratorias, competencia industrial y cambios tecnológicos vertiginosos, la diplomacia asiática vuelve a colocarse en el centro del escenario. La próxima visita de Trump a Pekín podría convertirse en un punto de inflexión, y Japón no quiere quedar al margen de un equilibrio que puede redefinir la geopolítica del Pacífico en los meses venideros.









