Esa marca fue la 10ma mejor entre los bateadores que calificaron, justo detrás del cubano Yandy Díaz y el dominicano Julio Rodríguez (146 de wRC+), y por encima de Mookie Betts (144). En un mayor contexto, hubo 130 bateadores que calificaron el año pasado.
Eso nos lleva al principal problema para Soto en 2022: Como un bateador bien selectivo con sus swings, el contacto que estaba haciendo no resultaba en la clase de batazos que estábamos acostumbrados a ver. Tuvo BABIP (promedio de bateo de bolas en juego) de .249, la 12da más baja en MLB, después de nunca haber tenido un porcentaje menor a .312 en una campaña. Con un historial como ése, esto puede verse como un indicador de mala suerte, como insinúan también las estadísticas proyectadas, pero ésa no es toda la historia.
Si echamos un vistazo a dos indicadores de contacto, tasa de batazos duros y de “sweet-spot” (bolas conectadas a un ángulo óptimo que oscila entre los 25-35º), vemos de qué manera su contacto podría haber sido mejor optimizado, tanto en términos de poder como en arco.
La tasa de batazos duros de Soto del 47.4% fue su más baja desde su año de novato en el 2018 y su tasa de “sweet-spot” del 28.5% fue la más baja de su carrera. Soto bateó .478 y tuvo slugging de .995 cuando hizo contacto duro y .598 y 1.246, respectivamente, en contacto de “sweet-spot”. Sólo necesitó hacer más de cada uno.
La buena noticia es que no existe motivo para creer que un jugador tan joven y talentoso no pueda volver a conectar la bola con más autoridad y ponerla en el aire con más frecuencia, como lo hizo en los cuatro años anteriores.
A pesar de todo, Soto encabezó las Grandes Ligas en tasa de swings, como lo destacamos aquí arriba, sin dejar que sus dificultades percibidas llevaran a más swings imprudentes. Su tasa de swings a lanzamientos fuera de la zona aumentó cinco puntos porcentuales en comparación con el 2021 al 17.2%, y aun así fue líder en las Mayores. Su tasa de ponches del 14.5% fue mucho mejor que el promedio de MLB y su tasa de bases por bolas recibidas del 20.3% encabezó todo MLB.
Soto tuvo más bases por bolas que ponches por tercera vez en su corta carrera. El único otro jugador que ha logrado esa hazaña hasta la edad de 23 años en la era del Comodín es su compatriota Albert Pujols, con dos. Juan Soto haciendo cosas de Juan Soto.
No sólo su extraordinaria disciplina en el plato persistió, sino que lo hizo a pesar de la presión.
Tiene OPS+ de por vida de 157, empatado con Eddie Mathews por la quinta marca más alta para un jugador hasta sus 23 años de edad (mínimo de 2,000 visitas al plato). Y es superado solamente por Ted Williams (190), Ty Cobb (171), Mike Trout (169) y Pujols (165) en ese sentido, puros nombres que ya están o estarán en Cooperstown.
Ya mencionamos aquí que Soto encabezó las Grandes Ligas con una tasa de bases por bolas del 20.3%. Ésta no fue la primera ni tampoco la segunda vez que recibió base por bolas en por lo menos el 20% de sus turnos al bate. Fue su tercera campaña de esta índole, empatado como el quinto mejor porcentaje de todos los tiempos. ¡De todos los tiempos! Y eso que todavía no cumple los 24 años.
Sólo Williams (nueve), Babe Ruth (ocho), Barry Bonds (siete) y Max Bishop (seis) tuvieron más temporadas que calificaron con una tasa de boletos gratis recibidos del 20%, y Soto es el único jugador con tres hasta su campaña de 23 años de edad.
No sabremos si dichas proyecciones son precisas hasta que acabe la campaña, pero basándonos en lo que fue atípico para Soto en el 2022, éstas lucen bastante creíbles.
Si Soto termina liderando a todos los bateadores en WAR, según FanGraphs, el toletero zurdo se convertirá en apenas el segundo miembro de los Padres en lograrlo, uniéndose a su compatriota Fernando Tatis Jr. en el 2020 y el 2021.
Sin importar cuáles sean sus números al final de la campaña, Soto debe de ser un jugador bien divertido










