Di sí al sexo durante el embarazo
Cuando una mujer se queda embaraza le invaden un millón de dudas relacionadas con su estado físico y emocional, entre ellas la posibilidad de tener o no sexo durante el embarazo. Muchas parejas no mantienen relaciones sexuales en esta etapa por desconocimiento o por miedo a posibles daños en el bebé o en la futura madre, sinContinue reading "Di sí al sexo durante el embarazo"
Cuando una mujer se queda embaraza le invaden un millón de dudas relacionadas con su estado físico y emocional, entre ellas la posibilidad de tener o no sexo durante el embarazo. Muchas parejas no mantienen relaciones sexuales en esta etapa por desconocimiento o por miedo a posibles daños en el bebé o en la futura madre, sin embargo, la realidad es que no sólo es posible sino también recomendable.
“A menos que esté contraindicado expresamente por el ginecólogo, el sexo es perfectamente posible durante el embarazo”, afirma Delfina Ramos De Torres, psicóloga y sexóloga de HLA Mediterráneo. Si hablamos de un embarazo normal “el único límite para su práctica será la incomodidad de la mujer”.
El mejor momento para ponerse manos a la obra es, según la experta, en el segundo trimestre, que es el de mayor actividad sexual. Es en este periodo “cuando las molestias y el volumen del vientre aún no supone un impedimento para practicar determinadas posturas”. De hecho, según la experta, “muchas mujeres aseguran que es aquí cuando han tenido los orgasmos más intensos al estar libres de las molestias propias de este proceso y tener una zona genital más vascularizada de lo normal, lo que favorece la sensibilidad”.
Por el contrario, en el primer trimestre “la libido puede sufrir un descenso debido a que los efectos de la hCG y otras hormonas preparan la formación de la placenta, lo que puede venir acompañado de un aumento del sueño, del cansancio, de las náuseas y de los cambios de humor”, explica Ramos. Por tanto, éste no sería el trimestre más favorable para practicar sexo.
Hacia el segundo semestre todo cambia. En este periodo desaparecen los efectos negativos lo que “permite disfrutar del aumento de la sensibilidad a consecuencia de una mayor vascularización”. Es en estos meses cuando se debe aprovechar ya que en el tercer y último trimestre el deseo “vuelve a verse afectado por la incomodidad del aumento del volumen de la mujer, la dificultad para adoptar determinadas posturas y el trabajo psicológico de prepararse para el parto”. Todo esto hace que sea más complicado mantener relaciones sexuales durante esta etapa.