Nace Starbase: la ciudad de Elon Musk toma forma en Texas pese a críticas ambientales
San Antonio, EE.UU. — Lo que comenzó como un ambicioso sueño de Elon Musk, fundador de SpaceX, se ha convertido en realidad: el área que alberga la base de lanzamientos de la empresa aeroespacial ha s...
San Antonio, EE.UU. — Lo que comenzó como un ambicioso sueño de Elon Musk, fundador de SpaceX, se ha convertido en realidad: el área que alberga la base de lanzamientos de la empresa aeroespacial ha sido oficialmente reconocida como ciudad bajo el nombre de Starbase, en el condado de Cameron, al sur de Texas.
La certificación llegó esta semana, luego de que las autoridades locales validaran los resultados de una votación celebrada a principios de mayo en Boca Chica Village, una pequeña comunidad no incorporada donde viven principalmente trabajadores de SpaceX. Con 212 votos a favor y 71 en contra, los 283 residentes aprobaron la creación del nuevo municipio.
“Con un gobierno local, estamos emocionados de crear la mejor ciudad para nuestra comunidad”, publicó Starbase en X, la red social también propiedad de Musk.
La flamante ciudad eligió como alcalde a Bobby Peden, vicepresidente de lanzamientos de SpaceX, junto con dos empleados más de la empresa como comisionados, consolidando un control casi total de SpaceX sobre el área.
Una ciudad hecha a la medida de SpaceX
Ubicada junto al Golfo de México —bautizado recientemente como "Golfo de América" por el presidente Donald Trump—, Starbase se sitúa cerca de una reserva natural y un parque nacional, zonas protegidas cuya preservación ha generado preocupación entre grupos ambientalistas.
La creación de la ciudad llega acompañada de una nueva ley estatal, impulsada por el Partido Republicano de Texas, que autoriza a Starbase a cerrar el acceso a playas públicas como la de Boca Chica, decisión que antes dependía del condado.
Rechazo ambiental y tensiones políticas
Organizaciones como la Red de Justicia Ambiental del Sur de Texas han denunciado que las operaciones de SpaceX en la zona destruyen hábitats naturales y afectan a comunidades indígenas. “Ya han desaparecido decenas de acres de ecosistemas valiosos”, afirmaron en un comunicado.
Mientras tanto, la empresa ha recibido apoyo político desde lo más alto. Tras el regreso de Trump al poder, Musk ha ganado terreno en la Administración Federal de Aviación (FAA), presionando para levantar restricciones y reducir la supervisión regulatoria sobre sus lanzamientos.
En mayo, la FAA autorizó a SpaceX hasta 25 lanzamientos anuales del cohete Starship, a pesar de que los dos más recientes —en enero y marzo— terminaron en explosiones cuyos escombros cayeron en el Caribe, generando nuevas críticas sobre la seguridad de las misiones.
¿Ciudad futurista o experimento corporativo?
Con Starbase, Musk no solo fortalece el brazo espacial de sus negocios, sino que pone en marcha un experimento urbano sin precedentes: una ciudad prácticamente diseñada y gobernada por una sola empresa.
Mientras sus defensores celebran la innovación y el empuje económico, sus detractores ven un riesgo ambiental y un preocupante precedente sobre el poder corporativo en la gestión de territorios públicos.