Skip to content
Salud

¿Sin sexo? Descubre cómo afecta tu salud física y mental realmente

¿Qué ocurre cuando dejamos de tener sexo? Esto dice la ciencia sobre el impacto físico y mental La ausencia de actividad sexual puede tener múltiples causas: desinterés, falta de oportunidades o simpl...

Redacción • June 13, 2025 12:59 pm
compartir en:
Post thumbnail

¿Qué ocurre cuando dejamos de tener sexo? Esto dice la ciencia sobre el impacto físico y mental

La ausencia de actividad sexual puede tener múltiples causas: desinterés, falta de oportunidades o simplemente una elección personal. Aunque mantener relaciones sexuales trae beneficios comprobados para la salud, surge una pregunta inevitable: ¿puede la falta de sexo perjudicar nuestro bienestar físico y emocional?

El sexo como aliado de la salud

Tener una vida sexual activa no solo mejora el estado emocional, también incide directamente en el cuerpo. De acuerdo con la ginecóloga y sexóloga brasileña, Dra. Carolina Dalboni, durante el acto sexual se liberan hormonas como las endorfinas y la oxitocina, que ayudan a reducir el estrés y a mejorar el estado de ánimo. Además, esta práctica fortalece el sistema inmune y potencia el vínculo afectivo entre las parejas, lo cual es clave para la estabilidad emocional.

La psicóloga chilena Andrea Romero también resalta que el sexo saludable y consensuado eleva la autoestima, alivia tensiones y favorece el bienestar general. Hormonas como la serotonina, liberadas durante el encuentro sexual, contribuyen a reducir la ansiedad y a mejorar la calidad del sueño.

¿Y si se deja de tener sexo?

¿Puede la falta de sexo provocar efectos negativos? Todo depende del contexto y la persona. La sexóloga brasileña Tamara Zanotelli asegura que mientras algunas personas pueden llevar una vida sin sexo sin consecuencias, otras sí experimentan alteraciones emocionales, como irritabilidad, ansiedad o frustración. Estos efectos suelen ser más notorios en los jóvenes, donde la presión social y hormonal puede intensificar el impacto de la abstinencia.

Además, en relaciones de pareja estables, la falta de intimidad puede convertirse en un problema. “La desconexión sexual puede debilitar el lazo emocional y generar insatisfacción”, advierte Zanotelli. También puede afectar la autoestima y provocar distanciamiento emocional.

El psicoterapeuta español Fernando Gómez agrega que la abstinencia no deseada puede generar efectos psicológicos más profundos. “Cuando una persona desea tener relaciones, pero no puede, se incrementan los niveles de estrés y frustración, lo que puede deteriorar su salud mental”, señala.

Efectos físicos que no se ven

Más allá del impacto emocional, la abstinencia también puede manifestarse en el cuerpo. Según estudios mencionados por la Dra. Dalboni, la falta de eyaculación frecuente podría aumentar el riesgo de cáncer de próstata en los hombres. En las mujeres, la inactividad sexual prolongada puede provocar atrofia vaginal, lo que vuelve el sexo posterior incómodo o doloroso.

La ginecóloga española María Suárez explica que la disminución de la actividad sexual afecta la vasodilatación y el flujo sanguíneo en la zona genital, lo que puede repercutir negativamente en la función sexual. Sin embargo, aclara que estos efectos varían de acuerdo con el historial y la biología de cada persona.

Cuando el deseo se apaga

No siempre se trata de abstinencia voluntaria. En muchos casos, el deseo sexual disminuye por causas fisiológicas o emocionales. El endocrinólogo colombiano David Martínez señala que factores como desequilibrios hormonales, enfermedades metabólicas, estrés crónico o medicamentos pueden afectar la libido.

Los trastornos del estado de ánimo, como la depresión, también inciden en la pérdida del deseo. Zanotelli explica que las personas en estados depresivos suelen perder el interés en actividades placenteras, incluyendo el sexo. Además, problemas en la relación de pareja, como la falta de comunicación o conflictos no resueltos, también pueden apagar el deseo.

Estilo de vida y sexualidad

El estilo de vida tiene un peso significativo en el deseo sexual. El urólogo portugués Miguel Oliveira afirma que el sedentarismo, el estrés y una dieta poco saludable son factores que disminuyen la libido. Por el contrario, hacer ejercicio regularmente y mantener una alimentación balanceada no solo mejora la salud física, sino también la función sexual.

Zanotelli concluye que el deseo sexual y sus fluctuaciones pueden aparecer a cualquier edad. En la juventud, las hormonas tienen mayor protagonismo; mientras que en la adultez y vejez, los factores emocionales y relacionales se vuelven más determinantes.