Milei logra la primera minoría en Diputados y se fortalece a medio mandato
A pocos días de cumplirse la mitad del mandato del presidente argentino Javier Milei, el oficialismo alcanzó un hito político clave: su bloque parlamentario se convirtió en la primera minoría en la Cá...
A pocos días de cumplirse la mitad del mandato del presidente argentino Javier Milei, el oficialismo alcanzó un hito político clave: su bloque parlamentario se convirtió en la primera minoría en la Cámara de Diputados, desplazando al peronismo y consolidando su capacidad de negociación para impulsar las reformas pendientes de gobierno.
El anuncio fue celebrado por el propio mandatario. “Primera minoría confirmada”, publicó Milei en su cuenta de X, citando un mensaje del jefe de bancada oficialista, Gabriel Bornoroni, quien informó la incorporación del legislador Francisco Morchi al bloque. El movimiento parlamentario tiene un valor simbólico y estratégico: llega en un momento donde el oficialismo necesita mayor sostén legislativo para avanzar con su agenda económica y estructural.
La nueva correlación de fuerzas ocurre tras meses de tensiones legislativas, con un escenario donde La Libertad Avanza dependía de acuerdos puntuales con partidos provinciales y sectores del centro-derecha. Convertirse en la principal minoría no garantiza mayoría automática, pero amplía su margen de maniobra en negociaciones clave, especialmente en comisiones y votaciones ajustadas.
Analistas políticos señalan que el avance oficialista puede abrir una nueva etapa en el Congreso, marcada por alianzas tácticas, reordenamiento de bloques y presión sobre sectores opositores que enfrentan divisiones internas. Para el peronismo, la pérdida de la primera minoría representa un revés político en un contexto donde busca recomponer liderazgo y cohesión.
De cara al segundo tramo del mandato, la mirada se centra en cómo Milei aprovechará este nuevo escenario. Entre sus objetivos legislativos figuran profundizar la desregulación económica, promover reformas laborales y avanzar en cambios institucionales de alto impacto. La gobernabilidad dependerá, ahora más que nunca, de la capacidad del oficialismo para convertir crecimiento parlamentario en votos concretos.
