EE. UU. pone fin a USAID como gestora de ayuda exterior: Marco Rubio promete un enfoque “América Primero”
En un giro radical a la política de cooperación internacional de Estados Unidos, el secretario de Estado Marco Rubio anunció este martes el fin de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo I...
En un giro radical a la política de cooperación internacional de Estados Unidos, el secretario de Estado Marco Rubio anunció este martes el fin de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) como principal gestora de la asistencia exterior del país.
La decisión, presentada en un extenso y contundente comunicado titulado “Haciendo que la ayuda exterior sea grande otra vez” —un guiño directo al eslogan de Donald Trump—, marca el inicio de una nueva etapa en la que el Departamento de Estado asumirá el control directo de los programas internacionales de ayuda, bajo el principio rector de "Estados Unidos Primero".
“USAID ya no garantiza que los recursos de los contribuyentes beneficien estratégicamente a Estados Unidos. Su modelo ha fallado”, afirmó Rubio.
Fundada en 1961 como brazo clave del soft power estadounidense, USAID ha liderado por décadas proyectos de desarrollo, salud, educación y gobernabilidad en más de 100 países. Sin embargo, según Rubio, sus resultados han sido “decepcionantes”, especialmente tras el fin de la Guerra Fría.
“Más allá de crear un complejo industrial de ONG global a costa del contribuyente, USAID tiene poco que mostrar. Los objetivos de desarrollo rara vez se han cumplido, la inestabilidad ha empeorado y el sentimiento antiestadounidense ha crecido”, aseguró el jefe de la diplomacia estadounidense.
¿Qué cambia ahora?
A partir de esta reestructuración, toda la asistencia exterior de EE. UU. será canalizada directamente por el Departamento de Estado, que promete una ejecución más estratégica, eficiente y alineada a los intereses nacionales.
La medida se enmarca dentro de un reposicionamiento global de la política exterior estadounidense, en el que la cooperación dejará de enfocarse en objetivos humanitarios amplios y pasará a responder de manera más directa a prioridades geopolíticas y económicas de Washington.
Reacciones divididas
El anuncio ha generado reacciones inmediatas en el ámbito internacional y entre expertos en cooperación. Algunos ven la decisión como un golpe a la diplomacia blanda de EE. UU., mientras que sectores conservadores celebran lo que consideran un paso hacia la eficiencia y el control fiscal.
Aún está por verse cómo impactará este cambio en países receptores de ayuda, donde USAID ha sido históricamente un actor clave. Para muchos de ellos, el fin de la agencia representa una nueva era de incertidumbre en su relación con Washington.